New in the jukebox
Durante el mes de junio me fui con mis amigas a visitar a mi amiga Pati, que vive en China desde hace un año. Viajamos por Pekín y Shanghai y aquí van algunas de las cosas que más nos impresionaron...
Pasamos tres días en Pekín y tres en Shanghai. Aunque China es enorme y ni de lejos hemos visto todo lo imprescindible creo que estas dos ciudades son muy buen primer contacto por el contraste que representan. Por un lado Pekín es la capital y aún conserva los hutones antiguos y la arquitectura típica china y mulanesca que uno se imagina cuando habla del país. Por otro lado está la vida de expatriados y el lujo de Shanghai, una ciudad construida a lo alto en diez años que aún así conserva mucho sabor. Además yendo con Pati, que ya es local pudimos hacer muchas cosas auténticas...
En Pekín hicimos todo el turismo de rigor. Fuimos a la ciudad prohibida visitada por millones de chinos cada año y también al Templo del Cielo (Heaven Temple) y al Palacio de Verano, que es espectacular. Después salimos de fiesta por Sanlitun, que es básicamente una calle con bares y un señor llamado Mojito Man que sirve unos bombazos alcohólicos que con el segundo vas volando. Conocimos a muchos otros expatriados y fue divertidísimo. Allí estábamos tomando algo entre las bolsas de basura (literalmente) y señores viejos chinitos que vendían cosas, mientras que en Shanghai fuimos a M1nt y al Bar Rouge, con gogós, acuarios con tiburones y los mejores dj's del Tomorrowland... Los contrastes en este país son increíbles.
Lo que más me gustó de Pekín fue visitar la muralla china. Aunque suene a cliché es una auténtica locura. Se puede visitar por muchas partes y nosotras fuimos a una, a dos horas de Pekín que estaba muy bien conservada, aún mantenía los minaretes y lo mejor: se subía en telesilla y se bajaba en TOBOGÁN. Sí, sí, bajé en tobogán de la muralla china. La vista es espectacular pero sobre todo, lo emocionante es pensar hasta dónde es capaz de llegar el Hombre y qué tipo de construcciones es capaz de idear. Aunque cuando se terminó nunca llegó a detener el ataque de nadie fue un absoluto signo de poder porque, si de algo se hace valer China, es precisamente de eso.
Otra de las cosas que más me gustó de la capital fue visitar los hutones. Me sorprendió muchísimo que en una ciudad de millones de personas, sucia y llena de caos, puedas encontrar estas comunidades de vecinos antiguas, ahora muchas de ellas transformadas en mini barrios hipsters donde artesanos y artistas emergentes venden sus mejores piezas entre cafeterías con jardín que no tienen nada que envidiar a las de Brooklyn. Al los que fuimos nosotras, que no son los turísticos, son los que están al lado del templo del Lama.
Aunque parezca mentira, los chinos siguen flipando cuando ven occidentales. Gran parte del turismo de China es interno, es decir, que son los propios chinos los que visitan, por lo que muchos vienen de regiones más remotas en las que los occidentales son una auténtica rareza y cuando estás visitando te das cuenta como tienes a un grupo de señoras haciéndote fotos sin ningún complejo y algunas y algunos pidiéndote que poses con ellos. Las primeras quince veces aceptas encantada, las siguientes doscientas acabas un poco hasta el gorro!
Comimos en muchos sitios de la calle increíbles, de los que no os se decir dirección porque eran muy locales. En Fanjia hutong (uno de los barrios típicos de los que os hablaba) comimos cordero a la brasa que cocinaban enfrente de ti y después tú con un cuchillo te ponías a cortar los trozos de la carne como en un kebap. Comimos también en otros sitios pato pekinés y muchas judías con ajito que estaban de muerte, además de dumplings y miles de platos que en realidad, no tenía ni idea de lo que eran.
De compras fuimos al mercado de las perlas (Hongqiao Market). Antes de recomendarlo debo decir que yo sólo entré porque iba con una amiga que conocía las tiendas escondidas que además van cambiando de sitio de cuando en cuando. No me atrevería a meterme allí sola ni a recomendaros que lo hicierais porque la sensación es de que es un centro comercial abandonado (aunque todo está, pero muy escondido!). Allí hay una tienda de electrónica llamada Pol & Liz en la que las cosas que venden son de calidad y de confianza (estaba lleno de tarjetas de todos los pilotos de aerolíneas que viajan a Pekín frecuentemente) y merece la pena comprar. Aún así, hay es mejor ir con alguien que sepa!! Si no da miedillo (al menos a mí). :s
También estuvimos en el mercado de artesanía, decoración y antigüedades más chulo de Pekín que se llama Panjiyuan y puedes encontrar jarrones de colores, joyas y trajes típicos mogoles, pinceles de caligrafía china y todo lo que te puedas imaginar. Es inmenso y tiene un pasillo para cada tipo de artesanía, es para pasarse toda una mañana paseando, recorriendo, comparando y empapándote de todo. ¡Auténticamente chino!
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Mercado de Panjiyuan |
En Shanghai, por el contrario fuimos a los típicos mercados de turistas en los que los chinos comerciantes regatean salvajemente y aún así te sablan más. También tuvo su encanto y esos no daban miedo, estaban bien a la vista. :) Allí paseamos por el Bund, el malecón en el que se pueden ver los edificios de corte europeo del siglo XVIII y XIX y cruzando el río, subimos al segundo edificio más alto del mundo conocido como La Perla.
Salimos por M1nt y el Bar Rouge y una de las noches, cenamos de homenaje en M on the Bund, un restaurante de nivel medio alto con unas vistas increíbles del skyline de Shanghai donde además, nos encontramos en la mesa literalmente de al lado, con Matt Damon (!!!). Otra forma de ver el skyline de Shanghai de forma más económica e igualmente impresionante es subiendo al ático del Captain Youth Hostel (que además como hostal no tiene ninguna mala pinta! En el que estuve yo ni lo menciono porque estaba muy céntrico pero fue una chufa!).
Otro sitio interesante para tomar una copa y cenar comida italiana es Doctor Wine, estuvimos por recomendación de unos amigos españoles que viven allí y cuando se lo conté a una amiga china del máster me dijo que ella iba mucho y que estaba muy bien informada. :)
De tiendas, paseamos por la calle principal de Nanjing Road desde el Bund hasta People's Square y sobre todo por las calles que la cruzan, que están llenas de vendedores con peces vivos en barreños enanos dispuestos a ser cocinados y todo tipo de animales vivos entre el caos de motos y coches. Los mejores dumplings que probamos los tomamos en Ding Tai Fung.
Pero a mí lo que más me gustó de Shanghai sin duda alguna, fueron los Jardines de Yuyuan, que eran la antigua casa de un funcionario imperial y que son impresionantes. Los jardines están llenos de recobecos con detalles y artesonados allá donde mires; para entrar y perderse unas horas. Además está rodeado de un complejo de edificios chinescos típicos más turísticos con tiendas y Starbucks donde se pueden comprar souvenirs o tomar algo.
Desde luego a China hay que volver. Esto ha sido sólo el principio y he de decir que me he quedado con ganas de más. Dicen los propios chinos que en su país se pueden encontrar todos los escenarios naturales del mundo y yo eso quiero verlo. De momento ya planeo cuándo y cómo ir al Tíbet próximamente...
Espero que os haya gustado! ¿Habéis estado en China? Si probáis alguna de mis recomendaciones, contadme! Me hará muchísima ilusión. :)
p.d: viaje a Perú y viaje a Camboya!
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Foto de Uranita |
Otro sitio interesante para tomar una copa y cenar comida italiana es Doctor Wine, estuvimos por recomendación de unos amigos españoles que viven allí y cuando se lo conté a una amiga china del máster me dijo que ella iba mucho y que estaba muy bien informada. :)
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Foto de Uranita |
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Con Uranita en los Jardines de Yuyuan |

Espero que os haya gustado! ¿Habéis estado en China? Si probáis alguna de mis recomendaciones, contadme! Me hará muchísima ilusión. :)
p.d: viaje a Perú y viaje a Camboya!