Hace una semana viajé con mi familia a Tromso, en Noruega, también conocida como la capital del Ártico. Esta es la ciudad desde la que el explorador Amundsen realizó muchas de sus investigaciones y viajes hacia el Polo Norte que después le prepararían para la conquista del Polo Sur. Un destino fuera de lo común que sin embargo tiene un exotismo y un encanto natural que se puede comparar con pocos lugares en el mundo... Aquí va un relato de lo vivido y aprendido en el Círculo Polar Ártico...
El primer día en Tromso, cogimos un barco para ir a ver ballenas a la isla de Sommoroya. Ya sólo el trayecto entre montañas nevadas y pequeñas casas de madera roja en mitad de la nada hace que merezca la pena el viaje sin haber visto aún nada... Hacía un frío tremendo y acabamos todos con unos trajes térmicos que aislan y mantienen tu propio calor en los que ponía Arctic Explorer (con monos así uno se siente menos turista!). Después de una hora y media de travesía, tuvimos nuestra recompensa: vimos al menos veinte ballenas jorobadas y orcas nadando juntas, echando agua por arriba e incluso, jugando con el barco y pasando por debajo una y otra vez. Esta fue una de las cosas más sobrecogedoras que he hecho en mi vida: un paisaje tan virgen y tan inhóspito, con esos animales que te hacen sentir tan pequeña y tan sobrepasada por el espectáculo de la naturaleza. La sensación con el frío y con el silencio, para mí, fue como de volver a darme cuenta de lo pequeñitos que somos en un universo tan grande y tan majestuoso y cómo la naturaleza y su fuerza, están por encima de todas las cosas que jamás pueda llegar a construir el hombre.
Como fuimos en febrero, anochecía sobre las 3 de la tarde y a las 6 ya era noche cerrada. El primer día hicimos nuestra primera excursión a esa hora en busca de las auroras boreales muy ilsuionados... Sin éxito. Las auroras fenómenos atmosféricos que se forman a partir de partículas proveninetes de las tormentas solares que al rozar la atmósfera dejan un rastro de colores verdes, rosas y amarillos que se ven en el cielo y que son un espectáculo único en la naturaleza. Ahora bien! Antes de emocionarse se ha de saber que esto es como lo de salir a ver ballenas, nunca se sabe! Hay tormentas solares ocho de cada diez días pero además el cielo debe estar despejado para que se puedan ver por lo que puede que viajes y tengas que salir a buscarlas todos los días. Nosotros el primer día nos fuimos a 80 kilómetros de Tromso, a un descampado nevado a verlas... Y nada. Cielo estaba encampotado. Sopa de reno y todos a casa. A las 11 de la noche, muy chafados, nos volvimos al hotel.
Foto casera de la aurora boreal a oscuras. jajajaja Tourist Life. |
Sobre la aurora boreal: algo a tener en cuenta en este viaje fue que no siempre se ve la aurora y que hay viajeros que no la llegan a ver y otros que tienen que salir todos los días en su busca hasta que la encuentran, en una zona sin contaminación lumínica, en un claro sin nubes... Afectan mil factores. Yo os recomendaría que para hacer esta excursión, no vayáis a un descampado multitudinario con sesenta personas más a ver si llega la aurora como me pasó a mí el primer día. Lo mejor es coger un coche de alquiler o un tour con furgoneta que se ofrecen por todo Tromso e ir con un guía y un máximo de seis o siete personas moviéndote de un lugar a otro en busca de las auroras boreales. Esto hace que tengas unas fotos increíbles en distintos paisajes y que realmente sea más auténtico y más mágico porque normalmente hacen hogueras en el hielo y vas a lugares en total oscuridad donde sólo se ven el cielo y las estrellas. Nosotros lo contratamos con Polar Adventures esta segunda vez y mereció muchísimo más la pena que la primera (en la que además no vimos la aurora). Mucho mejor la furgoneta.
Otra cosa que llama la atención al viajero es la nitidez de la aurora. Yo me pensaba inocentemente que se ven unos haces de luz verde como si Maléfica hubiera poseído al zona y resulta que eso es un efecto óptico que sólo se consigue con las fotos y que, mal interpretado, puede llevar a un desengaño con la aurora boreal. Lo que se ve en el cielo es como una nube clara o un foco de color verde o incluso rosa haciendo formas extrañas en el cielo, incluso baila! No es tan nítido como se ve en las fotos pero es absolutamente mágico y sobrecogedor. Un auténtico espectáculo de la naturaleza. Nosotros, por desconocimiento, nos pasamos nuestros buenos minutos pensando que no la estábamos viendo bien y al ver las fotos dijimos: woooow!! Esto es!! Al final, es sólo una cuestión de ir con el corazón abierto y de manejar las expectativas para disfrutar el espectáculo al máximo.
Al día siguiente fuimos al museo Ártico para saber más sobre Amundsen, el explorador noruego que ganó a Scott en la carrera hacia el Polo Sur y también sobre las ballenas, las focas y los osos polares. Desde siempre, me han apasionado los exploradores y toda esa gente avanzada a su tiempo, pionera y atrevida que siempre quiso saber más. Descubrir más. Gente que luchó contra la adversidad de la naturaleza extrema, como Shackleton. Supongo que me he criado escuchando historias polares y viajando tanto, he crecido pensando las maravillas del mundo que nos han sido descubiertas gracias al valor de unos pocos. ¿Habéis visto alguna vez los anuncios en el periódico que se hacían para las expediciones polares? Iban todos los forajidos, los perdidos o lo que querían desaparecer y que contrastaban con esos hombres de honor que eran los exploradores como Amundsen o Scott... Es fascinante.
Por la noche ese mismo día... Hicimos una de las cosas que más os recomiendo de todo. Montar en trineo tirado por perros huskies. Hay varias granjas de perros de carreras en Tromso y es increíble toda la experiencia. Nada más llegar, cuando los perros ven que te acercas, empiezan todos a ahullar y a hacerte gracias para que les saludes y te dan mil besitos. Es una alegría contagiosa. A todos les gusta tanto correr que cuando ven a la gente saben que algunos compis van a salir y se arma un jaleo de ladridos y ahullidos todos deseando lanzarse que es de una alegría contagiosa. Cuando vas en el trineo todos saltan y están deseando ponerse en marcha- Durante el paseo (en el que puedes llevar tu el trineo si quieres) te van explicando las diferentes personalidades de los perros y cómo son las hembras las que suelen liderar (jeje) o cómo sus carácteres y condiciones físicas los capacitan para unas posiciones u otras en el trineo. Como en las carreras de cuádrigas de Ben Hur. Increíble!! Y después está el paisaje... Durante todo el paseo ves una estepa nevada increíble que una vez más te recuerda lo ínfimos que somos y lo acojonante y grandiosa que es la naturaleza. No sé si habéis visto una película ya antigua que se llama Voluntad de Hierro y que va de una carrera en trineo y cómo el protagonista tiene un vínculo súper fuerte con cada uno de sus perros. La vi hace mil años y aún me acuerdo de lo que lloré y de lo bonita que me pareció, jajaja. Os la recomiendo mucho para poneros in the mood. :)
Sobre la excursión de perros huskies: aquí tengo otro consejo aprendido de la experiencia. Hacen excursiones en trineo por la mañana y por la noche y las experiencias son totalmente diferentes. Parte de mi familia fue por la mañana porque no podíamos ir todos juntos y vieron todo el paisaje nevado, con un solazo y con los perros súper despiertos. Yo fui por la noche y me perdí todo el paisaje, ya que estás en mitad de la nada y es noche cerrada, pero tuve la grandísima suerte de ver la aurora boreal desde el trineo y ha sido una de las experiencias más increíbles de mi vida. Aún así, como nos dijeron que esto fue una suerte y que no sucede tan a menudo, yo os recomendaría intentar hacer esta excursión por la mañana para disfrutarla con todos sus colores.
Aquí podéis apreciar mejor la diferencia de la excursión de mañana a la noche para que os hagáis mejor a la idea de lo que os explicaba.
El último día fuimos a una granja de renos y a aprender sobre la cultura Saami o lapona, que son como los esquimales de allí, dicho mal y pronto. Ese último día nos hizo mucho viento y nieve lo cual me hizo pensar en la suerte que habíamos tenido los dos días anteriores con el tiempo! Nos había hecho frío pero eran días despejados en los que se veían todos los colores de ese cielo que parece que siempre atardece. Es lo que tiene viajar a zonas de naturaleza extrema... que nunca se sabe! Por eso mi recomendación es siempre viajar, con el corazón abierto a las experiencias que puedan venir.
Tromso es una ciudad pequeñita pero con muchos cafés y restaurantes que sorprenden en una zona tan remota. Aunque no tengo ninguna dirección particular que recomendar en este sentido, sí me llamó la atención el famoso diseño nórdico del que se habla ahora tanto y cómo está presente, tan moderno, en los cafés, los lobbies de hotel y los restaurantes. Combinado con osos polares disecados y otras curiosidades árticas, lo convierten todo en un lugar con encanto.
Ha sido un viaje de tres días que me ha dejado nueva, que me ha llevado a salir de la burbuja y pensar como tantas otras veces me ha pasado, que tendemos a hacer del mundo un lugar plano que termina en nuestros problemas y que al viajar, se extiende y se redondea para descubrirnos que sólo somos una pequeña parte de un todo.
Se me ha ocurrido que, como este es un destino curioso, hay algunos consejos más que a mí me hubiera gustado que me dieran antes de ir para estar más preparada! Así que aquí van algunos pro tips para disfrutar a tope:
- Llevar dos gorros y dos guantes: con el frío que hace y los paisajes tan impresionantes, te pasas el día poniéndotelos y quitándotelos, así que es súper fácil que en una de estas, te los dejes en un restaurante, se te caigan o se te vuelen... Y es una auténtica faena, porque te quedas con las manos desprotegidas a -10º! Por eso, dos pares de todo y mucho mejor. :)
- Mallas térmicas: esto fue la clave. Como pasábamos todo el día al aire libre, llevámos ropa técnica o de esquiar y debajo las mallas térmicas de Decathlon que me dieron la vida. Este tipo de cosas para mantenerse calentito también son muy útiles para no venir con un buen resfriado.
- Botas cómodas: esto es clave. Si se te quedan los pies fríos, te suele entrar frío en todo el cuerpo por lo que tenerlos calentitos y cómodos tantas horas es vital. Además tienen que ser botas que resistan el agua de la nieve y que no resbalen. Yo me llevé unas Moon Boots que tenía de après-ski pero muchos iban con botas especiales de Decathlon que también les fueron genial.
- Cámara reflex: hay tantos paisajes increíbles que el móvil por muy bueno que sea, se te quedará corto. Yo me llevé la reflex y para fotografiar las auroras, los guías te suelen orientar sobre la exposión, el ISO y todos los parámetros. Merece la pena llevársela (y llevarla en mochila! Para tener siempre las manos libres!).
Y ahora si que sí esto es todo! He cumplido una de las ilusiones de mi vida. Espero haberos transmitido mi ilusión y que os hayan entrado ganas a vosotros también. :)
p.d: si estás en modo viajero, otros destinos increíbles han sido Perú y Camboya.
Todas las fotos son mías.
Otra cosa que llama la atención al viajero es la nitidez de la aurora. Yo me pensaba inocentemente que se ven unos haces de luz verde como si Maléfica hubiera poseído al zona y resulta que eso es un efecto óptico que sólo se consigue con las fotos y que, mal interpretado, puede llevar a un desengaño con la aurora boreal. Lo que se ve en el cielo es como una nube clara o un foco de color verde o incluso rosa haciendo formas extrañas en el cielo, incluso baila! No es tan nítido como se ve en las fotos pero es absolutamente mágico y sobrecogedor. Un auténtico espectáculo de la naturaleza. Nosotros, por desconocimiento, nos pasamos nuestros buenos minutos pensando que no la estábamos viendo bien y al ver las fotos dijimos: woooow!! Esto es!! Al final, es sólo una cuestión de ir con el corazón abierto y de manejar las expectativas para disfrutar el espectáculo al máximo.
Al día siguiente fuimos al museo Ártico para saber más sobre Amundsen, el explorador noruego que ganó a Scott en la carrera hacia el Polo Sur y también sobre las ballenas, las focas y los osos polares. Desde siempre, me han apasionado los exploradores y toda esa gente avanzada a su tiempo, pionera y atrevida que siempre quiso saber más. Descubrir más. Gente que luchó contra la adversidad de la naturaleza extrema, como Shackleton. Supongo que me he criado escuchando historias polares y viajando tanto, he crecido pensando las maravillas del mundo que nos han sido descubiertas gracias al valor de unos pocos. ¿Habéis visto alguna vez los anuncios en el periódico que se hacían para las expediciones polares? Iban todos los forajidos, los perdidos o lo que querían desaparecer y que contrastaban con esos hombres de honor que eran los exploradores como Amundsen o Scott... Es fascinante.
Por la noche ese mismo día... Hicimos una de las cosas que más os recomiendo de todo. Montar en trineo tirado por perros huskies. Hay varias granjas de perros de carreras en Tromso y es increíble toda la experiencia. Nada más llegar, cuando los perros ven que te acercas, empiezan todos a ahullar y a hacerte gracias para que les saludes y te dan mil besitos. Es una alegría contagiosa. A todos les gusta tanto correr que cuando ven a la gente saben que algunos compis van a salir y se arma un jaleo de ladridos y ahullidos todos deseando lanzarse que es de una alegría contagiosa. Cuando vas en el trineo todos saltan y están deseando ponerse en marcha- Durante el paseo (en el que puedes llevar tu el trineo si quieres) te van explicando las diferentes personalidades de los perros y cómo son las hembras las que suelen liderar (jeje) o cómo sus carácteres y condiciones físicas los capacitan para unas posiciones u otras en el trineo. Como en las carreras de cuádrigas de Ben Hur. Increíble!! Y después está el paisaje... Durante todo el paseo ves una estepa nevada increíble que una vez más te recuerda lo ínfimos que somos y lo acojonante y grandiosa que es la naturaleza. No sé si habéis visto una película ya antigua que se llama Voluntad de Hierro y que va de una carrera en trineo y cómo el protagonista tiene un vínculo súper fuerte con cada uno de sus perros. La vi hace mil años y aún me acuerdo de lo que lloré y de lo bonita que me pareció, jajaja. Os la recomiendo mucho para poneros in the mood. :)
Aquí podéis apreciar mejor la diferencia de la excursión de mañana a la noche para que os hagáis mejor a la idea de lo que os explicaba.
Aquí podéis ver cómo cambió el tiempo, todo gris y nevado, con respecto a los otros, tan claros. También tenía mucho encanto. |
Tromso es una ciudad pequeñita pero con muchos cafés y restaurantes que sorprenden en una zona tan remota. Aunque no tengo ninguna dirección particular que recomendar en este sentido, sí me llamó la atención el famoso diseño nórdico del que se habla ahora tanto y cómo está presente, tan moderno, en los cafés, los lobbies de hotel y los restaurantes. Combinado con osos polares disecados y otras curiosidades árticas, lo convierten todo en un lugar con encanto.
Ha sido un viaje de tres días que me ha dejado nueva, que me ha llevado a salir de la burbuja y pensar como tantas otras veces me ha pasado, que tendemos a hacer del mundo un lugar plano que termina en nuestros problemas y que al viajar, se extiende y se redondea para descubrirnos que sólo somos una pequeña parte de un todo.
La catedral del Ártico, espectacular. Merece la pena acercarse a visitarla. |
- Llevar dos gorros y dos guantes: con el frío que hace y los paisajes tan impresionantes, te pasas el día poniéndotelos y quitándotelos, así que es súper fácil que en una de estas, te los dejes en un restaurante, se te caigan o se te vuelen... Y es una auténtica faena, porque te quedas con las manos desprotegidas a -10º! Por eso, dos pares de todo y mucho mejor. :)
- Mallas térmicas: esto fue la clave. Como pasábamos todo el día al aire libre, llevámos ropa técnica o de esquiar y debajo las mallas térmicas de Decathlon que me dieron la vida. Este tipo de cosas para mantenerse calentito también son muy útiles para no venir con un buen resfriado.
- Botas cómodas: esto es clave. Si se te quedan los pies fríos, te suele entrar frío en todo el cuerpo por lo que tenerlos calentitos y cómodos tantas horas es vital. Además tienen que ser botas que resistan el agua de la nieve y que no resbalen. Yo me llevé unas Moon Boots que tenía de après-ski pero muchos iban con botas especiales de Decathlon que también les fueron genial.
- Cámara reflex: hay tantos paisajes increíbles que el móvil por muy bueno que sea, se te quedará corto. Yo me llevé la reflex y para fotografiar las auroras, los guías te suelen orientar sobre la exposión, el ISO y todos los parámetros. Merece la pena llevársela (y llevarla en mochila! Para tener siempre las manos libres!).
Y ahora si que sí esto es todo! He cumplido una de las ilusiones de mi vida. Espero haberos transmitido mi ilusión y que os hayan entrado ganas a vosotros también. :)
p.d: si estás en modo viajero, otros destinos increíbles han sido Perú y Camboya.
Todas las fotos son mías.